¿Hipocresía alimentaria? Palomitas, Perritos, pero la hamburguesa vegetal bajo la lupa

¿Hipocresía alimentaria? Palomitas, Perritos, pero la hamburguesa vegetal bajo la lupa

La batalla por el lenguaje en el mundo de la alimentación ha llegado a niveles verdaderamente absurdos.

Opinión | 24 de septiembre de 2023
Pere Borràs

En una era en la que la conciencia ambiental y la búsqueda de alternativas a los productos de origen animal son más relevantes que nunca, se ha desatado un debate irracional sobre si es apropiado llamar a una hamburguesa sin carne "hamburguesa vegetal". ¿Por qué nos aferramos a etiquetas como "perrito caliente" para describir un producto que ni siquiera contiene una pizca de perro, mientras que nos resistimos a utilizar "hamburguesa vegetal" para describir una deliciosa alternativa sin carne? Es hora de enfrentar la hipocresía y el absurdo de esta situación.

El caso de las "palomitas de maíz"

Comencemos por el ejemplo de las "palomitas de maíz". ¿Alguna vez te has preguntado por qué las llamamos así cuando no hay ni rastro de palomas en ellas? La respuesta es simple: estas deliciosas bolitas de maíz estallado recibieron su nombre debido al sonido que hacen al cocinarse. Cuando las palomitas de maíz se calientan, el agua dentro de los granos se convierte en vapor y hace que exploten con un sonido parecido al de un ave. Entonces, ¿por qué nos resistimos a llamar a una hamburguesa sin carne una "hamburguesa vegetal"?

La respuesta podría estar en la tradición y la resistencia al cambio. La mayoría de nosotros hemos crecido llamando "hamburguesa" a una patty de carne entre dos panes, pero eso no significa que no podamos adaptarnos a nuevos términos para describir alternativas más sostenibles y éticas. Además, las "palomitas de maíz" no han causado confusión ni alarma en el consumidor; todos entendemos que no contienen palomas. Entonces, ¿por qué tememos que la denominación "hamburguesa vegetal" engañe a la gente?

La hipocresía de las etiquetas de alimentos

Ahora, pasemos al caso de los "perritos calientes". Estos adorados bocadillos a menudo están hechos de una mezcla de carne procesada y otros ingredientes que distan mucho de ser perros reales. La ironía aquí es que, aunque llamamos a estos productos "perritos calientes", rara vez nos preocupa si alguien podría pensar que están hechos de carne de perro. Sabemos que no lo son y nunca hemos sentido la necesidad de etiquetarlos de manera más precisa. Entonces, ¿por qué esta misma lógica no se aplica a las hamburguesas sin carne?

La respuesta podría radicar en la resistencia de algunas personas a aceptar alternativas basadas en plantas. Tal vez temen que al llamarlas "hamburguesas vegetales", estén otorgándoles un estatus igual al de las hamburguesas de carne tradicionales. Pero esto es un error de perspectiva. La denominación "hamburguesa vegetal" no pretende sustituir a las hamburguesas de carne, sino ofrecer una opción diferente y ética para aquellos que buscan reducir su consumo de carne o adoptar una dieta completamente vegetal.

¿Qué importa realmente en la etiqueta de un alimento?

Cuando se trata de etiquetas de alimentos, la precisión y la comprensión son clave. Las etiquetas deben brindar información clara y útil a los consumidores para que puedan tomar decisiones informadas. En el caso de las hamburguesas sin carne, la denominación "hamburguesa vegetal" cumple con este objetivo al indicar claramente que se trata de una alternativa a base de plantas en forma de hamburguesa. Los consumidores que eligen este producto lo hacen conscientemente, sabiendo que no contiene carne.

Conclusión: superemos la hipocresía

En resumen, es hora de superar la hipocresía en la manera en que etiquetamos los alimentos. Las "palomitas de maíz" y los "perritos calientes" demuestran que podemos ser flexibles y comprensivos cuando se trata de etiquetas culinarias, sin temor a confundir o engañar a nadie. Llamar a una hamburguesa sin carne "hamburguesa vegetal" es una elección lógica y precisa que refleja su composición y permite a los consumidores tomar decisiones informadas. En lugar de resistirnos al cambio, abracemos la diversidad de opciones alimentarias y dejemos atrás las etiquetas absurdas que solo perpetúan la confusión y la resistencia al progreso. La próxima vez que disfrutes de una hamburguesa sin carne, no dudes en llamarla lo que es: una "hamburguesa vegetal". Es hora de abrazar el cambio y dejar atrás la hipocresía en nuestras etiquetas de alimentos.

 

 

 


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